martes, 10 de julio de 2012

Sr. WILSON



En la publicación anterior hice un comentario sobre una conversación que tuvimos Erika y yo al final del primer triatlón en el que estuvo presente. En ese momento lo rescaté de la chistera de los recuerdos porque venía muy bien para el tema que estaba tratando y encauzaría como hilo conductor hacia el objetivo final de la reflexión. 

Pero, si observamos atentamente mis palabras, nunca dije cuál fue la primera prueba oficial en la que ella pudo estar, y sí, utilizo el verbo “poder”, ¿por qué?... Bueno, la razón es fácil, nunca se puede tener todo lo que uno desea, a veces hay que sentir la sensación de chirrío de los dientes, seguida de un golpe en la mesa a consecuencia de la impotencia que genera el adverbio de negación “NO” + el Verbo Poder, dando así por resultado; “NO PODER”.

Cuando aparece, no hay vuelta de hoja, quiere decir que se han agotado todas las posibilidades y por más que le demos vueltas seguirán esas piezas del puzzle en la mano “sin poderse” encajar debido a un fallo en la sinapsis. En ese momento pesa más la que imparte justicia en esta vida, la realidad. Pero si tenemos piezas en la mano…, se me vienen a la cabeza otras conclusiones a bote pronto: 

   1)  La hemos pifiado en algún lugar del extenso puzzle que es nuestra vida y la forma de afrontar los acontecimientos que nos acontecen. Lo difícil será localizar esa ficha que está mal colocada y subsanar el error, eso ya de por sí nos llevará un tiempo del que a veces no disponemos. Pero al hacerlo pasaremos al siguiente nivel, el de 10.000 piezas, por ejemplo.

   2)  Si nos quedan pocos fragmentos, entonces será una leve confusión debido al cromatismo de los mismos. Aquí tendremos que agudizar nuestra visión para poder delimitar el perímetro a observar, con lo cual disminuiremos nuestro porcentaje de errar. 
  
   3) Observamos que nos quedan muchísimas, pero todas ellas diferentes; aquí tendremos un problema grave, porque hemos ido dando palos de ciego desde el principio, no hemos seguido un criterio ni una metodología para acometer dicha tarea con éxito o al menos con ciertas garantías.  Empezaremos desde cero, pero cuando nos veamos con fuerzas e ilusión de terminarlo a largo plazo. Un hándicap muy importante será afrontar dicha aventura con tiempo y paciencia.
  
   4) Por último, imaginémonos que los pocos segmentos que nos resten para terminarlo son distintos, pero hemos seguido unas pautas, cuando estábamos enfrente del reto lo hacíamos con ambición y convencidos de que estábamos colocando la pieza adecuada; en esos momentos nos preguntábamos que podía fallar, seguíamos los pasos que nos indicaban en el libro de instrucciones y estábamos convencidos de que íbamos bien y si no era así, al menos teníamos el pensamiento y la tranquilidad de que cada pieza que encajábamos en el puzzle había sido escogida por nosotros. Esto removía un sentimiento interior que nos reconfortaba y a la vez nos daba la fortaleza de avanzar hacia el siguiente hueco.


Todo esto guarda relación con Erika y el “No Poder”…En nuestro caso creo que tenemos que retroceder en el tiempo hasta el punto de que nos equivocamos al elegir la pieza a colocar para así poder continuar. No entiendo muy bien a veces los derroteros por los que nos lleva la vida, pero intento analizar las diferentes situaciones y buscar el lado efectivo, hallar es sensación de chute de energía interna, que hace que nuestra coraza sea más inexpugnable, sé que no es fácil aislar ese pensamiento optimista ante la avalancha de las corrientes perniciosas. Pero debemos de hacerlo.

Nos encontramos en una situación (Erika y yo) en la que pedir favores se ha vuelto una obligación, estamos en una encrucijada  en la que te preguntas todos los días qué piezas hemos puesto mal para que no encontremos el fin y así podamos empezar un nuevo reto. Nos aferramos siempre al pensamiento de que esto tiene que cambiar, que la suerte tiene que sonreírnos y de que hemos aprendido de los pequeños o grandes errores del pasado. Yo siempre me posiciono en una postura más de la vida, más sensible por así decirlo, no quiero decir que ella no lo sea, al contrario, pero siempre intento restar signos negativos por los positivos, así que le comento; que tenemos salud, que estamos los dos juntos, que con palicos y cañicas vamos tirando y eso nos hará el día de mañana más fuertes.

Pero entiendo la complicación que supone a veces, porque al fin y al cabo como seres humanos, pecadores y que vivimos en una sociedad que nadie entiende, a veces esas cosas materiales pegan como un mangual sobre nuestros yelmos e inevitablemente nos hieren.
Os preguntaréis de qué hablo concretamente;  pues sencillamente de lo que impide a una persona ir a verme, y ese desplazamiento, si es lejano, no hay más remedio que hacerlo con un vehículo, es decir, un coche.

No es sólo ese nuestro deseo en la vida claro, es sólo uno de tantos…Muchas veces, cuando miramos hacia atrás y recordamos cómo eran los viajes en aquél Seat Ibiza Chocolate Blanco, cuando tener un móvil y no tener contrato no era un atraso, era algo lógico, cuando estudiábamos para terminar una carrera o una oposición con la esperanza de empezar a trabajar en aquello por lo que apostamos en su día y que nos apasionaba, todo se viene abajo. Ese trabajo tan deseado que nos daría la posibilidad de emprender juntos un nuevo viaje, sólo nuestro, y no hablo de los viajes que hacíamos con el poco dinero que teníamos y un tiempo libre mayor, ese tiempo que ahora nos falta hasta para vernos alguna vez a la semana, en fin…estas situaciones son las que a veces nos hunden e inevitablemente nos hacen replantearnos los pasos dados, porque ahora todo eso se ha invertido.



Jumilla, fue sin duda un triatlón diferente, no porque se nadara en una piscina, no porque me nombraran en la primera vuelta de bici al pasar por meta, no porque me encontré cómodo corriendo de menos a más, no porque hiciera un buen puesto ni porque hiciera unas malas transiciones (que ya es algo habitual); fue diferente porque al tercero vencimos a la mala suerte, al  “No Poder” y Erika asistió… lo mejor sin duda!!!


El Triatlón en sí estuvo muy bien, fue gracioso eso de estar como garbanzos en remojo en la piscina. Era la primera vez que hacía el sector de natación en la piscina y la verdad es que fue un poco raro pero a la vez cómodo, no te tienes que preocupar en orientarte hacia las boyas, te avisan cuando acabas, nadas un poco más rápido y sólo  tienes que atender que los pies del que está delante no te den en la cara. 


En la bici, pues como siempre, tras una mala transición te quedas en tierra de nadie y tienes que esperar a que seas engullido por el grupo que te persigue, después aguantar hasta la siguiente transición para hacer una buena carrera a pie ( lo fue para mí porque me encontré con fuerzas para ir progresando durante los 5km hasta terminar con ritmo alto).   



Sumar y sumar, siempre contará en un futuro, aprender y aprender me ayudará a llegar más alto, ser más agradecido me dará buenos amigos/as y resistir es lo único que nos queda. Sabes que elegimos esto porque no era fácil, porque nos gustan los grandes retos y las aventuras largas, cuanto más mejor, unidos seremos más fuertes y ante estas adversidades  saldremos más reforzados.

Quiero dar las gracias a todas esas personas que nos facilitan a Erika y a mí alcanzar sueños, metas, objetivos, presencias, etc…, en especial a Peke, José López y Leticia, Héctor y la gente del club, sin duda son partícipes de muchas victorias, y a todos mis buenos compañeros/as de trabajo por siempre hacerme llegar lo antes posible a casa cuando la luna ilumina la caja. Y a todos los buenos amigos/as que nos rodean porque vuestros ánimos hacen que sigamos marcándonos en la pared nuevos retos.

Para todos/as y en especial para tí, que sé que te dará fuerzas esta frase porque sé que tus sueños son infinitos:

“Creceré hasta donde pueda alcanzar, iré hasta donde pueda llegar, veré hasta donde pueda mirar, y seré lo que pueda soñar.”

Saludos, Abrazos y Besos.